My Sweet Bella...my Sweet Lullaby...

Entre la Realidad y la Irrealidad

 Mi cabeza estaba inundada por él. El pensamiento se me inundó de los pocos momentos que viví con Eric. Tan abstraída estaba que ni siquiera me di cuenta por donde caminaba; miré a mi alrededor pero realmente tampoco me importaba saber dónde estaba. Me sentía tan a gusto inmersa en mi “irrealidad”, que huía de cualquier cosa que me abstrajera de ella; cualquier cosa que me sacara de la realidad. Y la realidad era aquello que me rodeaba por todas partes a todas horas y que me gritaba que Eric no existía.

-              No puede ser – decía en voz baja -, los vampiros no existen. Eric no existe. Pero entonces… - me toqué algo que me molestaba en el cuello, parecía un arañazo.

     Recorrí mis dedos por esa señal y comprobé no uno sino varios arañazos. Mantuve mis dedos sobre ellos varios minutos intentando confirmarme que eran de verdad. Justo pasaba por un escaparate y me miré en él y los vi; ahí estaba la prueba de que lo que pasó  la noche anterior fue real.

-              Entonces…él también es uno de ellos – seguí hablando en voz baja -, pero…debería esta asustada y no lo estoy. Cómo podía asustarme de él si es tan dulce, tan….perfecto. Es demasiado perfecto para ti Iris.

     Y es que ese era el problema Eric era demasiado perfecto para alguien tan insignificante como yo. Nunca fui una persona artificial pero sabía que muchas personas sí lo eran por eso estaba tan obsesionada con ello; no podía imaginarme que alguien como él pudiera fijarse un mi ni por asomo. Y es que a mí lo que más me importaba no era que fuera vampiro sino que no le gustara yo como mujer.

     Había tantas cosas que me atraían de él. Lo primero su mirada, sus ojos; cuando me observaba me sentía irremediablemente atraída hacia él como dos polos opuestos. Y luego la suavidad de su piel, la dulzura de sus palabras; cuando me hablaba parecía que intentaba ir más allá de las simples palabras para buscar en las mías más de lo que nadie se atrevió a buscar jamás. Y luego la manera en que me trataba; no es que me hiciera sentir especial ni nada de eso simplemente me dejaba ser yo misma con mis problemas, con mis defectos, con mi miseria, sin querer intentar cambiar las cosas simplemente se adaptaba a mi.

     Por otro lado estaba el aspecto físico. Eric ante mis ojos era deslumbrante simplemente; tan perfecto que parecía estar fuera de cualquier realidad imaginable e inimaginable. Así que juntando todo eso Eric me atraía muchísimo sin tener en cuenta su condición. Y la verdad que para cualquier persona normal ese planteamiento era bastante incoherente, cualquier persona normal saldría huyendo de ese vampiro. Debía de ser que yo no era demasiado normal o quizá nada normal. Nunca fui ni me consideré normal quizá por eso me atraía alguien que tampoco lo era.

     Evidentemente aquella no era una situación usual, pero eso tampoco me importaba demasiado.

  La abstracción de mis pensamientos me llevó lejos y se me hizo la noche encima. Cuando quise darme cuenta me encontraba a dos pasos del pub. El ambiente era el mismo de las noches anteriores. Gente entrando y…no me había dado cuenta en el detalle; entraba mucha gente pero no salía nadie como en cualquier disco o pub normales. Pensar en ello me produjo escalofríos. Salí corriendo hacia el metro; tenía tanto miedo de no llegar. Cuando por fin me encontraba dentro y me subí al tren suspiré de alivio. El trayecto se me hizo interminable. Por fin llegué, salí del vagón y subí las escaleras cuanto más rápido pude. Llegué al portal casi sin aliento pero aún así subí las escaleras rápidamente. Cuando entré en casa y eché el pestillo respiré tranquila.

     Me fui a mi habitación y me eché en la cama. Intenté evitar que mi mente se llenara de pensamientos terroríficos. Pero me fue imposible:

-              Qué horror – dije -, tanta gente entrando y nadie sin salir. Por poco casi acabo así.

     Me toqué los arañazos del cuello y vi los colmillos del vampiro a medio centímetro de mi garganta. Los escalofríos eran constantes. Intenté vaciar mi mente y no pensar en ello pero… Me vinieron imágenes de chicos y chicas entrando allí sin imaginarse lo que les esperaba. Aquellos vampiros esperando ansiosos de sangre humana fresca; y llegado el momento se echarían encima de ellos. Que masacre… Vi imágenes del suelo todo lleno de sangre, cuerpos inertes cayendo y mientras aquellos vampiros seguían matando sin piedad. Y…no quise pensarlo pero salió. Me imaginé a Eric enzarzado en esa masacre…

-              Imposible – me decía a sabiendas de que estaba engañándome. Podía ser que Eric no fuera como ellos pero en algún momento actuará de manera parecida. – Es horrible…es como uno de ellos y actúa como lo que es un vampiro…

     Pensar en eso me producía escalofríos. Sabía que no podía engañarme Eric era lo que era al margen de todo, y precisamente al margen de ese todo él me gustaba mucho. ¿Tanto cómo para olvidarme de lo que era?

-              Sí – me reafirmé -, es lo que es pero nada puedo hacer yo contra eso más que… - y callé – ¿más que qué Iris?, si lo mandaste todo a paseo la otra noche. Ya no hay nada de lo que pueda tirar ni esperar ni nada. Mierda. – y me callé. 

Esta obra, IRIS LA INMORTALIDAD pertenece a MERCEDES GARCÍA CARRASCO autora de la misma, y se encuentra Bajo Licencia CREATIVE COMMONS RECONOCIMIENTO-NO COMERCIAL-SIN OBRA DERIVADA 3.0. UNPORTED LICENSE. RECUERDA QUE LA COPIA ES UN DELITO. Iris La Inmortalidad by Mercedes García Carrasco is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Based on a work at irislainmortalidad.over-blog.es.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://irislainmortalidad.over-blog.es.